Dicen que las mejores historias de amor empiezan con flores, poemas o miradas profundas… la nuestra empezó con un esquite. Porque claro, ¿qué más romántico que compartir maíz con mayonesa?

De ahí vinieron los “rides” al hospital, las apuestas de estacionamiento  y las llaves que siempre se pierden en el peor momento. Poco a poco, entre caídas literales, risas que dolían de tanto reír y memes a medianoche, la amistad se fue transformando en algo más.

Con el tiempo descubrimos que éramos un gran equipo: sobrevivimos a guardias eternas, a Netflix sin ponernos de acuerdo en qué ver, y hasta a quién lava los trastes. Cada día había un chiste nuevo, un plan improvisado y la certeza de que juntos era más divertido.

Después de casi siete años llenos de aventuras, carcajadas y alguna que otra pelea express de 10 minutos (máximo), llegamos hasta aquí. Y ahora, estamos listos para dar el “sí” más importante de nuestras vidas, rodeados de la gente que más queremos: ¡ustedes! 🎉💍